El mensaje de Cristo en este versículo, es totalmente opuesto al mensaje de la sociedad. Cristo dice que los que son puros de corazón serán felices, de hecho son los únicos que conocerán la verdadera felicidad. Pero el mundo dice todo lo contrario, puesto que para alcanzar la felicidad no se puede tener un corazón bueno, ni demasiado integro. El hombre feliz de acuerdo a los estándares del mundo es: Ser tranza, mentir para progresar, saber moverse entre lobos, y no importa cuantas reglas tengas que quebrar, a cuantas tengas que quitar del camino, a cuantos tengas que destruir, el punto es obtener lo que deseas al precio que sea. Pero el mensaje de Jesús es diametralmente opuesto y nos dice que la verdadera felicidad es para los puros de corazón.
¿Qué significa ser puro de corazón? Si esa es la norma: ¿Quién podrá ver a Dios? ¿Acaso hay alguien que puede decir que tiene el corazón intrínsecamente limpio? Tuvo que haber sido un golpe al pensamiento de aquellas personas que estaban escuchando a Jesús, en especial a los fariseos porque ellos descansaban en el hecho de que: Sus acciones, sus ritos, sus prohibiciones, sus tradiciones los estaba acercando a un más a Dios.
Pero Jesús les dice: Ustedes con ese régimen, con ese legalismo dominante y al mismo tiempo hipócrita lo único que están consiguiendo es alejarse de Dios. ¿Por que? Porque eran personas hipócritas, falsas, que aparentaban cierta piedad pero que por dentro estaban infectados de corrupción.
Quizás uno de los textos bíblicos más fuertes de toda la Biblia en contra de la hipocresía lo encontramos en (Leer Mateo 23.13-28) ¿Por qué Jesús rechazó esa actitud? Porque representa la antítesis de la pureza del corazón. De ser limpio, honesto, sincero, integro y veraz. Según el diccionario el hipócrita es alguien que finge una cualidad, sentimiento, virtud que no posee.
¿Qué quiso decir Jesús con ser limpios de corazón? Para los que oían a Jesús, el corazón era la totalidad de la persona interior. El corazón era considerado el centro del carácter, el origen de los deseos, los afectos, las percepciones, los pensamientos, el razonamiento, la imaginación, la conciencia, las intenciones, la voluntad. Salomón nos dice: Si tu corazón está bien, tus deseos estarán bien, si tu corazón esta en armonía con la voluntad de Dios, tus anhelos serán los correctos, tus prioridades en la vida estarán enfocadas, pero si tu corazón esta corrupto todos tus deseos serán corruptos, todas tus decisiones serán equivocadas.
¿Cómo se evidencia la pureza del corazón? ¿Cómo puedo saber si soy puro de corazón? Nosotros no podemos ver el corazón es por eso que Jesus nos dice: “El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas”. Mateo 12.35
¿Qué debe de haber en un corazón para poder ver a Dios?
1. Una genuina inclinación por la santidad:
Cuando Cristo pronunció esta bienaventuranza, la limpieza de corazón no era un concepto nuevo. El salmista ya lo había establecido como requisito para poder entrar en la presencia de Dios. Leer Salmo 24:3–4.
Jesús les dice: para anhelar estar cerca de Dios tenemos que comenzar con sinceridad al revisar nuestras actitudes internas, tenemos que evaluar el estado del corazón y debe de haber en nosotros una genuina inclinación por la santidad. Leer Salmos 51.10
El salmista David dice: No quiero conformarme con una fachada de apariencias, tengo una sola preocupación y es que mi corazón sea recto delante de ti. ¿Es ese el anhelo principal en tu vida?
2. Debe haber un dolor por el pecado que aun continúa en el corazón:
Aunque pueda sonar paradójico, una de las evidencias de que alguien es puro de corazón es el hecho de que puede percibir ahora más que nunca cuanta impureza hay en su corazón. Un corazón que no esta consciente de su propia impureza esta evidenciando que las tinieblas no han sido despejas todavía. Leer 1 Juan 1.6-9
Alguien dijo: “No ser sensible a la enfermedad es peor que la enfermedad” Porque nunca buscara ni anhelara ser sanado. Por lo tanto, ¡El puro de corazón, conoce las impurezas de su corazón!. Conoce la corrupción interna que nadie ve, y no solo las conoce sino que se duele por ellas, se avergüenza de ellas, se entristece por ellas, pero lucha contra ellas.
¿Conoces el dolor, la carga de consciencia que produce el percibir que hemos permitido el pecado en nuestra vida? Cuan terrible es para el verdadero creyente sentir que el Espíritu se apaga por un momento, sentir que las tentaciones encuentra lugar en su interior y que puede ser en ocasiones tan ingrato para con el Dios que nos salvo.
En cambio el impuro de corazón no siente vergüenza por esas cosas, de hecho ni siquiera las ve, el solo percibe aquellos pecados groseros y escandalosos, que hasta la sociedad misma condena. Pero nada sabe de aquella corrupción interna del corazón.
3. Debe de haber un anhelo por la Palabra de Dios:
La Biblia es la herramienta que Dios nos ha entregado para nuestra santificación. Muchos de los pecados, muchas de las derrotas que tenemos frente a la tentación, frente a nuestras propias debilidades radica en el pobre compromiso que se tiene con la Palabra de Dios. Haga por un momento una revisión de las veces que le ha fallado a Dios, de las veces que cedió ante una tentación y se dará cuenta que sucedió cuando más débil se encontraba, cuando más terreno había cedido al enemigo, y cuando había descuidado ese momento con la Palabra de Dios. Leer Salmos 119.9-11
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