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Como Vencer La Ansiedad Parte III

Según los especialistas, los Trastornos de Ansiedad son considerados en la actualidad, como los trastornos mentales más comunes en los Estados Unidos. 1 de cada 8 norteamericanos entre los 18-54 años padece algún tipo de Trastorno de Ansiedad. Es más, las estadísticas dicen que la gente en los Estados Unidos consume toneladas en tranquilizantes y medicamentos para poder conciliar el sueño.


           Es más, aunque usted tal vez ni lo puedas percibir, en este mismo momento, cerca de usted es posible que hay alguien que en silencio este experimentando ansiedad: Puede ser un hombre, una mujer, un niño, un joven, un anciano. Quizás alguien ha estado esperando un diagnóstico del doctor y le han anticipado que puede ser cáncer, y te llenas de ansiedad;

O uno de nuestros hijos está tomando malas decisiones, mal influenciados por otras personas, o viviendo una vida desordenada, y te llenas de ansiedad; Tal vez estas tramitando una documentación para el estatus legal, y nos han dicho que quizás te lo nieguen, y nos llenamos de ansiedad; O tienes la ilusión de tener una casa propia, y estas esperando que el banco apruebe el préstamo, y nos llenamos de ansiedad; Tal vez la angustia se deba a que tu  cónyuge no quiere buscar de Dios, o porque tal vez nuestros hijos están indiferentes a la palabra de Dios.

Para cada cada una de estas situaciones y las que se puedan presentar el apóstol Pablo nos diría: “Por nada estéis angustiados”. 

De acuerdo al diccionario la ansiedad es: “Un estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, y una extrema inseguridad. La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud”. Así que, la ansiedad es un tema muy relevante para nuestra vida, incluso es tan importante este tema, que Cristo lo incluyó en su primer Sermón.

Escucha lo que nos dice Cristo: “ Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”. Mateo 6.25-26   

La pregunta entonces es: ¿Cómo logramos vencer la ansiedad? Pablo nos da tres principios poderosos para contrarrestar, para vencer, para triunfar frente a la ansiedad. “oración, ruego, y acción de gracias”. Pablo dice: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”.

El apóstol Pablo nos dice que el remedio, la cura, el antídoto para esa sensación de intranquilidad, de preocupación, de ansiedad que nos envuelve es la oración. Pablo nos dice: “No se angustien por nada; más bien, oren”.  Es decir: no dejen por fuera ningún aspecto de sus vidas sin acudir a Dios en oración, sin depender de Su voluntad, sin confiar en Su mano.   

           Pero hay un ingrediente más: Pablo dice que hay que orar con ruego. Escúcheme bien, porque ruego es una categoría dentro de la oración muy diferente a la que elevamos a diario a Dios. Elevar un ruego tiene un grado mayor de intensidad y de esfuerzo de parte nuestra. El ruego tiene el sello característico de la urgencia, de lo importante y vital. La palabra ruego supone intensidad, nos habla del fervor y devoción.

Pero para enfrentar la ansiedad y la angustia Pablo nos dice que hay un tercer ingrediente que debemos de utilizar, y este es: “La acción de gracias”.

          Tal vez algunos se pregunten: ¿Por qué agradecer si estoy en medio del dolor? ¿Por qué dar gracias cuando mi corazón está en dolor? ¿Por qué agradecer si esta situación de dolor me ha complicado más la vida?  Primero que todo porque Dios nos ha llamado a ser agradecidos en todo y por todo; debemos dar gracias sin importar el tipo de circunstancias que pudiéramos estar enfrentando. “Dad gracias a Dios en todo porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” 1 Tesalonicenses 5:18.

            Estar agradecido por todo y en todo incluye no solo los momentos alegres, sino aquellos que nos traen dolor; No solo los que producen éxito, sino también los fracasos; No solo por aquellos que traen felicidad, sino también por los momentos tristes.  Recuerden que quien nos escribe este versículo es Pablo, y él no se encuentra en un muy buen lugar, Pablo esta en la cárcel, bajo duras circunstancias, pero Pablo no permitió que nada ni nadie le robara su gozo: Ni la cárcel, ni los pleitos internos que estaban surgiendo en la iglesia, ni los ataques que externamente estaba sufriendo la iglesia, y nada de eso fue motivo para perder el gozo que Cristo había traído a su vida.

            Así que la gratitud no es un evento, no es un programa, no es una fecha en el calendario, no es una oración mecánica, no es algo que digo antes de comer; La gratitud es un estilo de vida, es una actitud frente a la vida, es una perspectiva diferente de la vida.

Porque un corazón agradecido no se limita a un día en particular; Sino que la gratitud en el cristiano debe de ser una actitud que afecta todo lo que somos y que afecta todo lo que hacemos.  El ser agradecidos es una decisión. Es una decisión que pese a las circunstancias no vera afectado. El problema es que muchas veces nosotros tenemos dificultad en encontrar motivos para dar gracias.  Pero déjame ayudarte y decirte porque hoy puedes darle gracias a Dios:

  • Dale gracias porque tu eres hijo de Dios.

  • Da gracias porque Dios escucha tus oraciones.

  • Da gracias porque incluso en medio de la prueba, Dios esta a tu lado

El salmista nos da una guía del porque estar agradecidos:

  • Él perdona todos mis pecados y sana todas mis enfermedades.

  • Te corona de amor y tiernas misericordias. 

  • Colma tu vida de cosas buenas; 

  • ¡mi juventud se renueva como la del águila!

  • El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y está lleno de amor inagotable.

  • No nos reprenderá todo el tiempo ni seguirá enojado para siempre.

  • No nos castiga por todos nuestros pecados; 

  • no nos trata con la severidad que merecemos.

  • Pues su amor inagotable hacia los que le temen es tan inmenso como la altura de los cielos sobre la tierra”. Salmos 103.

            Pero También dale gracias a Dios porque nada de lo que te acontecerá en esta vida, estará fuera de despropósito, todo tiene un propósito en tu vida. “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito”. Romanos 8.28.


¿Cuál es el resultado de ser agradecido?: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Este es el efecto final de la oración, este es el resultado de venir a Dios y echar nuestra carga ante él. "Y la paz de Dios”.

¿Qué es la paz de Dios?

Permíteme decirte primero lo que no es la paz de Dios: La paz de Dios no es ausencia de sufrimiento, ni tampoco ausencia de dolor, ni tampoco es un momento de escape de la realidad. No.

          La paz de Dios es la presencia de Dios en tu vida, es estar confiado de que Dios estará cuidando tu corazón y protegiendo tus pensamientos. Paz es saber que Dios esta en control aun en medio del sufrimiento más incendio.

Pablo nos dice también: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”.  Filipenses 4.19. Cuando el Señor nos dice: "Yo supliré...".  El no dice: “Quizás, lo pensaré, Tal vez, déjame lo considero, o déjeme y lo intento”.  Cuando Dios hace una promesa Su carácter fiel lo respalda.  “Dios no es un hombre; por lo tanto, no miente. Él no es humano; por lo tanto, no cambia de parecer. ¿Acaso alguna vez habló sin actuar? ¿Alguna vez prometió sin cumplir?”. Números 23.19

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