Para Pablo, Cristo lo es todo. Tan importante es Cristo, que es mencionado 45 veces en esta carta de tan solo 6 capítulos; lo que significa que 1 de cada 3 versículos hace mención directa o indirectamente a la persona de Jesús. Desde el versículo 1 del capítulo 1 Pablo nos lleva a Jesús, y cerrando la carta, en el último versículo Pablo nos dice: “Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén”. Gálatas 6.18. De principio a fin, Jesús es el centro.
Y esto es sumamente clave porque los gálatas estaban siendo engañados, confundidos y desviados de la verdad. Y les dice: “Estoy horrorizado de que ustedes estén apartándose tan pronto de Dios”. (1.6). Y no era para menos el que estuviera horrorizado, porque muchos son los que se han apartado de los caminos de Dios. Muchos son los que han comenzado bien, pero pasa el tiempo y terminan volviendo atrás. Por esa razón ahora Pablo cerrando la carta nos dice: “Fíjense que uso letras grandes para escribirles de mi propio puño y letra estas últimas palabras”. Gálatas 6.11. (NTV)
Si Pablo hubiese tenido una computadora en su mano, estas últimas palabras estuvieran remarcadas con color amarillo, porque son sus últimas palabras, son sus últimos pensamientos, y aun en la despedida Pablo tiene como eje central la Cruz de Cristo. Y es así, porque nuevamente los judaizantes estaban distorsionando el mensaje del evangelio de Cristo. No olvidemos que falsificar la fe, adulterar la Palabra de Dios y distorsionar el evangelio según Pablo, acarrearán consecuencias devastadoras no solo para aquellos que propagan la falsedad, sino también para quienes optan por seguir tales enseñanzas. De manera que ahora Pablo, nos va a retomar algunas falsas enseñanzas, actitudes tóxicas, motivaciones dañinas de los judaizantes.
1. Ellos tenían la motivación errónea:
“Los que tratan de obligarlos a circuncidarse lo hacen para quedar bien con otros”. Gálatas 6.12. (NTV). La motivación oscura de tras de ese falso evangelio, era quedar bien con los lideres judíos. Recordemos que los judaizantes eran judíos cristianos que querían imponer la observancia de la ley de Moisés a los cristianos convertidos de entre los gentiles. Ellos enseñaban que la cruz de Cristo no era suficiente para la salvación, por lo tanto, se requería de algo más como: la circuncisión, cumplir con las obras de la ley, practicar la circuncisión, guardar el día de reposo, tendría que no comer alimentos considerados por ellos inmundos. Sin duda que esta es una muy oportuna advertencia que Pablo da, a todos aquellos que predicamos y enseñamos el evangelio de Cristo. La advertencia es muy clara porque podemos estar predicando o enseñando la palabra de Dios por las motivaciones equivocadas.
Recuerden que para Dios no solamente es importante el hacerlo, sino el cómo lo hacemos. Y esto es clave porque la iglesia de hoy buscando querer ser más amigable con el mundo, buscando ser más inclusiva con el mundo, tolerante con el mundo... Han utilizado como estrategia para atraer a más personas a la iglesia, el rebajar la verdad del evangelio de Cristo, el minimizar el compromiso que demanda el evangelio de Cristo, y restarle valor a la obediencia que exige el evangelio de Cristo.
Hoy en muchas iglesias se predica: Ven a Jesús, abraza la cruz de Jesús, cree en el mensaje de la cruz, pero el resto de la semana vive como se te pegue la gana. Y este mensaje es contrario a lo que nos dice la palabra de Dios. Leer Romanos 12.2.
Podría decirles que en vez de que la iglesia salga a ganar al mundo, parece ser que el mundo ha entrado y le ha ganado a la iglesia. Leamos la advertencia de Pablo, leer Hechos 20.29-30.
2. Evitar a toda costa la persecución:
“Los que tratan de obligarlos a circuncidarse lo hacen para quedar bien con otros. No quieren ser perseguidos por enseñar que solo la cruz de Cristo salva”. Gálatas 6:12. Si hay algo que Dios se encargó de dejar no solo bien claro en su palabra, sino establecido en su palabra, es el hecho de que su iglesia enfrentaría persecución. Iniciando el ministerio, en su primer sermón Cristo nos dijo: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”. Mateo 5.10.
Si alguien pregunta: ¿Por qué la persecución? la respuesta es evidente: Porque el mundo odia la cruz de Cristo, porque el mundo es antagónico a la cruz de Cristo, porque la cruz de Cristo es una amenaza a los intereses del mundo por eso tanto desprecio. Tal vez algunos se puedan estar preguntando: ¿Hay alguna manera de escapar de este hecho inevitable de ser perseguido? ¡Claro que sí! La manera para escapar de la persecución es: Apruebe las normas que el mundo aprueba; aplauda lo que el mundo aplaude; acepte lo que el mundo acepta; acepte lo que Dios desaprueba, permita lo que Dios prohíbe, y sonríale a la vida porque no tendrá que sufrir lo que aquí está escrito. Pero sepan que si esa es su decisión Jesús dice: “cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos”. Mateo 10.32-33
3. Eran Hipócritas:
“porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la Ley; pero quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne”. Gálatas 6.13. Como dice el dicho: “Predican, pero no practican”. Por esa razón Cristo nos insistió una y otra vez en el valor que tiene nuestro testimonio frente a los demás: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Mateo 5.16.
Escucha como el apóstol Pedro nos dice lo mismo: “Asegúrense de actuar apropiadamente cuando estén en compañía de quienes no son cristianos, para que incluso si los acusaran de hacer lo malo, ellos puedan ver sus buenas obras y glorifiquen a Dios cuando venga” 1 Pedro 2.12 (VBL).
Pedro nos dice que nuestras vidas están al descubierto, y nos dice que debemos mantener una conducta irreprochable para testimonio de quienes no son cristianos. En un mundo donde las normas morales son bajas, donde constantemente la sociedad se vuelve más permisiva; donde el pecado en todas sus manifestaciones se declara más abiertamente liberal, nuestro llamado es a brillar, a resplandecer, a iluminar corazones.
Aquí tenemos que hacer una pausa y preguntarnos:
¿Los que están allá afuera pueden percibir que tu carácter difiere del carácter de ellos, que tus metas difieren de sus metas?
¿Tus aspiraciones de sus aspiraciones, y tus anhelos son diferentes a aquellos que no tiene la luz de Jesús?
¿Los que no conocen a Jesús pueden ver esa luz en la forma que reaccionas cuando alguien te ofende, en la manera que tratas a tu familia, a tu esposa, a tus hijos?
Lamentablemente a muchos cristianos se les ha olvidado que los no conocen de Jesús, observan nuestra conducta, acciones, palabras; ellos evalúan todo lo que hacemos; cómo reaccionamos ante ciertas situaciones, ellos están viendo cómo es tu conducta en el trabajo, en la escuela, etc. Ellos ven cómo nosotros enfrentamos los problemas de esta vida.
Por lo tanto, para no caer en ese error Pablo nos dice: “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo”. Filipenses 1.27. La pregunta entonces es: ¿Por qué está Pablo tan preocupado con la manera en que vivimos cuando estamos fuera de la iglesia? Porque tu estilo de vida, tu comportamiento, tu testimonio le da una buena o una mala reputación al evangelio de Cristo. ¿Qué es dar buen testimonio? Para algunos, buen testimonio es no tatuarse, no ponerse pantalones ajustados el domingo, decir amen fuertemente cada vez que el predicador dice una verdad, no ir a determinados sitios y lo típico: no beber alcohol y no fumar. Hermanos dar un buen testimonio es mucho más que eso, es un asunto de carácter, es un asunto de manifestar un carácter que es moldeado y definido por la Palabra de Dios. Amen.
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
¿Por qué el mundo rechaza la cruz de Cristo?
¿Cómo identificar una iglesia centrada en el evangelio de Cristo?
¿Que significa para ti, dar un buen testimonio
¿Haz experimentado en algún grado la persecución por causa de Cristo?
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