No importa si la iglesia es hispana o americana, no importa si la iglesia tiene 5 mil personas o 100 personas, siempre hay un lugar donde se necesitan servidores de corazón. Escúchame muy bien: Servir no es un programa, servir no es un evento, servir no es una actividad, el verdadero servicio es un estilo de vida. Alguien una vez dijo una frase de mucho valor: “Uno de los mejores secretos de la vida es, que todo lo que vale la pena hacer, es lo que hacemos por los demás”. Yo creo que tenemos que preguntarnos: ¿Cuándo fue la última vez que dejaste a un lado tu propia agenda, tus prioridades, tu tiempo, para apoyar, ayudar o servir ya sea a un desconocido, a un hermano en Cristo, o a la iglesia de Cristo?
Hoy en día, palabras como servir, sirviendo y sirviente a menudo están cargadas de matices negativos, porque describen algo que no se busca, en comparación con exigir, posición, y dominar. Por lo tanto, si queremos que nuestra iglesia Pan de Vida cause un impacto en esta comunidad, será únicamente cuando nuestra fe se traduzca en una vida que honre a Dios y en una actitud de servicio hacia los demás. “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia”. Hebreos 12:28.
El mensaje es claro: Debido a tantas bendiciones recibidas de parte de Dios, nuestra respuesta es: Servirle diligentemente, con gratitud, y reverencia. Y ese es precisamente el mensaje inicial que desea darnos Santiago. Porque desde el momento en que vino a los pies de Cristo, entendió el valor del servicio. Santiago entendió cuál era su misión al venir a Cristo, y el propósito que Dios tenía para su vida, él dice: “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo”.
Yo creo que la gran mayoría de los que estamos aquí, hemos tenido que preparar un resumen, o como decimos en Colombia una hoja de vida para aplicar en un trabajo. Generalmente los que aplican a una posición, presentan por escrito un registro resumido de lo que ha sido su vida comenzando con datos personales. Luego los logros educativos, un resumen del historial profesional, una lista detallada de la experiencia que has adquirido a lo largo de tu vida laboral. El objetivo es: Que en solo una hoja y en pocas palabras, puedas impresionar al empleador potencial que analiza tus habilidades, tus logros y tu experiencia. La palabra clave aquí es: IMPRESIONAR. Pero Santiago, no quiere impresionar a nadie, Santiago no busca centrar la atención en sí mismo; no hace referencia a su origen, linaje, estatus; es más, es sumamente significativo que Santiago ni siquiera haga referencia a que es el medio hermano de Jesús.
Como les decía la clase pasada, Santiago es el equivalente de Jacobo en griego. Tal vez usted se pueda estar preguntado: “Fíjese que hay varios hombres llamados Jacobo que aparecen en otros libros del Nuevo Testamento. ¿Cuál de ellos es el autor de esta carta? Además, los católicos enseñan que María no tuvo más hijos”. Dos de los doce discípulos de Jesús tenían el nombre Jacobo: el hijo de Zebedeo (y hermano de Juan) y el hijo de Alfeo. El primero de ellos fue asesinado a manos de Herodes Agripa I (Hechos 12:1–2) Y, en cuanto al segundo, el Jacobo hijo de Alfeo, después de ser mencionado en los evangelios, el único lugar donde se vuelve a mencionar es en Hechos 1.13, después de ese versículo, de ese Jacobo no se sabe nada. Así que el candidato que nos queda es Jacobo el medio hermano de Jesús. ¿A poco María tuvo más hijos? Leer: Mateo 13.54-55; Marcos 6.3.
Así que Santiago pudo haber hecho referencia a su parentesco con Jesús, pero no lo hizo; pudo haberse presentado como un líder importante, pero no lo hizo; pudo haber dicho que vio con sus propios ojos al Cristo resucitado, pero no lo hizo; si había un momento para que todo el mundo se enterara de que tenía las credenciales para ser un apóstol, era al escribir esta carta, pero no lo hizo; sencillamente nos dice: “Santiago, siervo”. Si alguien tenía títulos de sobra para colgar en la pared de su oficina, este era Santiago.
Y creo que esto es muy significativo en el día de hoy especialmente en el círculo de la iglesia, porque tristemente hay muchos pastores hoy en día que les imponen a sus ovejas para que les llamen por sus títulos: Doctor, licenciado, reverendo, ministro, apóstol, profeta. Hoy es muy común ver líderes en iglesias que les gusta que se piensen de ellos como hombres de empresa, influencers, Youtubers, hasta Tic Tokers. Y muchos de ellos no son capaces ni siquiera de arremangarse la camisa, levantar una silla y servir.
Santiago utiliza la palabra “Siervo” que se nos traduce como esclavo. Y si damos un vistazo al mercado esclavista de la época en que se escribió esta carta, podemos tener un panorama más amplio de lo que Santiago quiso dar a entender cuando dijo: “esclavo de Dios y del Señor Jesucristo”. Este era su significado en tiempos del primer siglo:
El amo era dueño del esclavo.
El amo poseía totalmente los derechos sobre la vida su siervo.
El esclavo existía solo para su amo.
La voluntad del esclavo pertenecía solamente a su amo.
Santiago lo entendió, lo recibió y sin vacilar dedicó su vida al servicio del Señor; Incluso si ese servicio implicaba salir de su zona de confort, aun si eso implicaba dejar a un lado sus propios intereses, o poner por encima los intereses de los demás. Así que el verdadero servicio no es algo pesado o difícil de llevar, servir se hace parte de usted mismo.
Y como todos sabemos, nuestro Señor Jesucristo no nos va a pedir hacer algo que él no estuvo dispuesto hacer primero. Porque para Jesús el servir era una de sus enseñanzas centrales que no solo nos mandó a hacerlo, sino que nos lo enseño con su ejemplo.
Cuando el Señor se levantó de la cena y toma la toalla para lavar los pies de los discípulos, estaba dando una lección práctica de la actitud de un verdadero siervo. La acción de levantarse, de ceñirse la toalla, implica dejar la posición de reposo, una posición de comodidad, de descanso. Significada dejar de pensar en mí, en mi bienestar por servir a los demás. Cuando Jesús termino de hacerlo les dijo: Leer Juan 13.12-15
Mis hermanos, hay mucho que hacer en nuestra iglesia: Hay hermanos que consolar, enfermos que visitar, personas desanimadas que necesitan ser animadas. Hay muchas almas que evangelizar. Se necesitan hermanos que oren, ofrenden, que sirvan, ayuden; y damos gracias a Dios por todos aquellos hermanos que sirven sacrificialmente en los distintos ministerios que Dios ha dado en la iglesia. Gracias a los hermanos que dan sus horas para pintar, hacer arreglos en la iglesia, gracias a los maestros, a los ujieres, a los que preparan los equipos para que todo este como un reloj. Gracias a Dios por los hermanos que oran durante la semana por el pastor, los maestros, los lideres; si no fuera por estos hermanos que sirven no estaríamos aquí. Pero, ¿Qué de ti? ¿Estas involucrado para que esta iglesia sea más sólida, más fuerte, más madura?
Yo creo que ninguno de los que estamos aquí duda de que Cristo puede venir en cualquier momento, de que estamos viviendo como dice la palabra de Dios tiempos finales, escucha en que debemos de estar ocupados precisamente en estos tiempos: Leer 1 Pedro 4.7-11
Y lo que Pedro nos dice es: Que sabiendo que el fin está cerca, en vez de tener una actitud que dice: ¿Quién va suplir mis necesidades? Levantemos la mano y digamos: ¿Qué necesidades puedo yo suplir? El mensaje de parte de Pedro es muy poderoso, y nos clarifica el impacto que tiene cuando tú y yo servimos. Noten muy bien estos versículos porque lo que dice Pedro es que cuando servimos, es Dios obrando por medio de nosotros. En otras palabras, nosotros somos las manos de Dios, nosotros somos los brazos de Dios, nosotros somos la voz de Dios.
En otras palabras Dios te ha puesto en esta tierra para mejorarle la vida a otra persona. Pedro nos dice una gran verdad: “Dios pone personas en nuestro caminar para ser tocadas, ministradas, impactadas a través de nuestro servicio. ¿Cómo no perder las oportunidades de servir a Dios?
1. Tenemos una RESPONSABILIDAD:
“Dios, de su gran variedad de dones espirituales, les ha dado un don a cada uno de ustedes. Úsenlos bien para servirse los unos a los otros”. (v.10).
2. Tomemos ACCIÓN:
Pedro nos dice: “El fin se acerca” he inmediatamente nos dice que tenemos que ponernos en acción: “Abran las puertas de su hogar con alegría” (v.9); “Cada uno de ustedes recibió un don espiritual que debe ser utilizado para servir a los demás”. (v.10)
3. Sabiendo que tenemos que RENDIR cuentas:
Va llegar el momento en que estaremos cara a cara con el Señor, y será el momento para rendir cuentas de cada oportunidad que tuvimos mientras estábamos aquí en la tierra. Leer Mateo 25.31-46
Preguntas Para Reflexionar:
¿Qué significado tiene para ti la palabra siervo?
¿Cuál crees que sea el mayor obstáculo para servir?
¿Por qué el servicio es tan importante para Dios?
¿Crees que servir o no servir tenga un impacto eterno?
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