Hay momentos en nuestro caminar que se requiere que alguien nos dé una llamado de atención, porque quizás estamos tomando decisiones equivocadas, transitando por caminos equivocados, o practicando hábitos o estilos de vida equivocados. Y en el área espiritual esos llamados de atención, ¡sí que son muy necesarios! Y eso es precisamente lo que Pablo hace aquí, luego de introducir su carta, les dice: “Estoy horrorizado de que ustedes estén apartándose tan pronto de Dios”. (v.6).
Y no es para menos el que este horrorizado porque esta es una realidad que no podemos ocultar. Muchos son los que se han apartado de los caminos de Dios. Muchos son los que han comenzado bien, pero pasa el tiempo y terminan volviendo atrás. Y ojo, en este punto ninguno de nosotros puede sacar pecho y decir: “Eso a mí no me va pasar”. Escucha lo que nos dice la palabra de Dios: “De modo que si ustedes creen que son lo suficientemente fuertes para mantenerse firmes, ¡cuídense de no caer!”. 1 Corintios 10.12.
Y la pregunta entonces es: ¿Cómo es posible que una verdad que yo decía creer y seguir, se pueda abandonar? ¿Cuáles son esas cosas que nos pueden empujar para abandonar este caminar con Cristo? Abandonar a Dios NO se da de la noche a la mañana, no se trata de que tu mañana te despiertas y dices: “pues como ya no voy a seguir a Cristo” NO. Se trata de algo gradual, es casi imperceptible a tus sentidos espirituales: Dejas de tener comunión con Dios al no pasar tiempo en oración, tiempo con la palabra de Dios, tiempo en comunión con la iglesia; Pablo se encuentra aterrado, preocupado de que estos nuevos creyentes hayan abandonado tan pronto la enseñanza que recibieron del mismo apóstol. La pregunta entonces es: ¿Por qué estamos tan vulnerables para abandonar a Dios?
1. Porque Nuestro Corazón Se Inclina a La Incredulidad:
“Por lo tanto, amados hermanos, ¡cuidado! Asegúrense de que ninguno de ustedes tenga un corazón maligno e incrédulo que los aleje del Dios vivo”. Hebreos 3:12. La advertencia es muy clara para no abandonar a Dios: Si nuestro corazón se inclina a lo malo, el siguiente paso será la incredulidad que nos empujará a abandonar al Dios vivo. A lo largo y ancho no solo de este país, sino del continente muchos son los que con la excusa de la Pandemia se han enfriado, y han abandonado la comunión con Dios y la comunión con los hermanos. Ahora, ante la violencia, la guerra, la crisis financiera; ante las circunstancias adversas que se puedan presentar… ¿Cuál será tu reacción: mantenerte cerca de Dios o alejarte de Él? Entonces, ¿Qué tenemos que hacer? “No dejemos de reunirnos, como algunos acostumbran hacer, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón cuando vemos que aquel día se acerca”. Hebreos 10.25.
¿Por qué estamos tan vulnerables para abandonar a Dios?
2. Por La Facilidad De Que Otras Cosas Tomen El Lugar De Dios:
Puedes tener el deseo de agradar a Dios, pero si no estás dispuesto a dejar a un lado otras cosas que han tomado el lugar de Dios en tu corazón, cosas que han atrapado tu vida, distraído tu vida, cautivado tu vida; Cosas que han secuestrado tu tiempo, reducido tus energías, desviado tus recursos al punto que te impiden progresar, crecer, tener una vida abundante en Cristo, salirte del camino será solo cuestión de tiempo. Será que podemos ser capaces de NO solo identificar qué cosas son las que están rivalizando con Dios;Sino sacarlas por completo de nuestra vida para que Dios ocupe el lugar que le corresponde.
¿Por qué estamos tan vulnerables para abandonar a Dios?
3. Porque Muchos Aun Siguen Cargando Un Estilo De Vida Religioso:
Y entiéndanme muy bien este punto porque muchos han dejado la religión popular, muchas han dejado a un lado las imágenes, los rezos, las penitencias, las misas, pero aún siguen cargado ese estilo religioso de darle a Dios las limosnas de: Su vida, de su tiempo, de sus talentos, de sus recursos, de sus dones. Y estas es una de las actitudes que Jesús más condenó y la razón es porque la falsa religiosidad le da Dios de lo que le sobra: Le da las obras de su tiempo, de sus bienes materiales, las sobras de sus capacidades, de su energía, las sobras de su amor, y eso bloquea la obra de Dios en nuestras vidas.
Para eliminar ese obstáculo en nuestra vida nuestra devoción a Dios debe ser genuina, compuesta de varios elementos como: Temor a Dios, amor a Dios, obediencia a Dios y compromiso con Dios.
Ahora entendemos el por qué el apóstol Pablo se encuentra aterrado, horrorizado de que estos cristianos se estén apartando tan pronto de Dios. El apóstol está preocupado porque sabe que la verdadera vida cristiana se concreta en dos fases: Primero hay un encuentro decisivo con Dios, cuando la persona se arrepiente y decide confiar en Jesucristo como su único y suficiente Señor y Salvador. La persona pasa de la muerte a la vida, de estar perdida a ser hallada, de la oscuridad a la luz, de estar condenada a perdonada, de la muerte a la vida eterna. Por eso Pablo nos dice: “os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo”. (v. 6). La segunda fase tiene que ver con ese proceso de transformación progresiva que se describe como crecimiento, maduración, formación o santificación, que dura hasta que Cristo venga por nosotros o nosotros vayamos a Cristo. En esta etapa es donde se gestionan cambios, se abandonan pecados y estilos de vida opuestos a la palabra de Dios, es donde se rechaza todo lo malo y se le da la bienvenida a una vida plena en Jesús. Leer Romanos 8:29; Gálatas 4:19.
Ósea que las costumbres negativas, las acciones negativas, los pensamientos negativos, las malas palabras, las malas acciones, los estilos de vida opuesto a Dios y Su palabra se debilitan y tienen que ir desapareciendo, y en su lugar se instala en mi: Las actitudes de Cristo, las acciones de Cristo, las palabras de Cristo, los pensamientos de Cristo, la vida de Cristo en mí. Este proceso toma tiempo, la pregunta es: ¿Qué tanto estamos comprometidos para gestionar esos cambios? ¿Cómo NO abandonar a Dios?
Precisamente en este punto los judaizantes ofrecían su solución. ¿Quiénes eran los judaizantes? Ellos eran judíos cristianos que querían imponer la observancia de la ley de Moisés a los cristianos convertidos de entre los gentiles. Ellos enseñaban que la cruz de Cristo no era suficiente para la salvación, por lo tanto, se requiera de algo más: la circuncisión y cumplir con las obras de la ley.
Hay dos cosas por las que Pablo esta maravillado o horrorizado: (1) La rapidez con que cambiaste que tan pronto (no pase por alto eso); y (2) El abandono: “os hayáis alejado”. Entonces el apóstol Pablo tiene que corregir ese error, y nos enseña que la correcta aplicación de la ley de Moisés es un asunto más profundo. Se trata de la esencia espiritual de la ley, no solo de la letra de la ley. Leamos dos ejemplos que Cristo nos enseña acerca del espíritu de la ley: Leer Matero 5.21-22. Mateo 5.27-28.
Así que tratar de añadir algo más a la fe y a la gracia de Dios es deformar el evangelio; falsificar la fe, el adulterar la Palabra de Dios, el corromper la verdad de Dios traerá como consecuencias terribles no solo para el individuo que decide promover la falsedad;Sino para todos aquellos que deciden seguirlo.
¿Qué tengo que hacer para que ese evangelio que yo he creído, que he seguido, y que he expresado hoy, NO termine abandonándolo mañana?
1. Debemos de estar bien alertas porque la tendencia del corazón humano es alejarse de Dios.
Leer Juan 15.5
2. Ten cuidado del alimento espiritual que escuchas y recibes durante la semana. Leer Gálatas 1.8-9.
Tenga mucho cuidado porque se trata de la buena salud de vida espiritual.
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