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Paciencia En Medio De Las Pruebas

Actualizado: 15 oct


En el estudio anterior, tratábamos de responder a la pregunta: ¿Por qué si yo no pedí sufrir, tengo que sufrir? Y decíamos que el sufrimiento se presenta muchas veces producto de nuestras acciones. Mucho del sufrimiento que enfrentamos es debido a nuestro propio pecado. El Sufrimiento también se presenta producto de las injusticias causadas por el hombre. Y esto nadie lo puede ocultar: las injusticias están en cada rincón de nuestro mundo. Hay otra clase de sufrimiento denominado El sufrimiento inmerecido. Se califica así a este sufrimiento porque quien lo enfrenta, son personas buenas que no han violado ninguna ley, ni la del cielo ni de la tierra.

Pero también, pudiéramos responder a esta pregunta, diciendo que el sufrimiento se presenta como Un acto de la disciplina de Dios. En muchas ocasiones Dios tiene que asumir su rol de Padre justo porque hemos violado Su ley, porque estamos viviendo contrarios a lo que Su palabra nos manda y hemos quebrantado sus mandamiento. Un ejemplo de los muchos es el caso del rey David. Leer 1 Crónicas 21.11-13.

Quizás nos gustaría tener la opción de elegir el método de disciplina que Dios va aplicarnos, pero no tenemos ni el derecho, ni mucho menos los méritos para solicitarlo; Sin embargo, es algo que Dios tiene que hacer por amor a sus hijos. Leer Hebreos 12.7-8.

Salomón hablando acerca de este mismo tema nos dice: “Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor ni te enojes cuando te corrige. Pues el Señor corrige a los que ama, tal como un padre corrige al hijo que es su deleite”. Proverbios 3.11-12.  (NTV). 

¿Por qué si yo no pedí sufrir, tengo que sufrir? Otra respuesta de mucho peso puede ser:  Porque somos enemigo de Satanás y eso nos hace ser objeto directo de sus ataques. ¿Y cómo lo hace? Produciendo la calamidad y el sufrimiento, ya sea llevándolo a cabo con sus propias manos, o utilizando personas para causarnos dolor.  Un ejemplo muy claro de esto lo encontramos en Job 1. 

Sin embargo, si hay algo que nosotros no debemos de olvidar en medio del dolor es que no importa la procedencia de nuestro sufrimiento, lo fuerte de nuestro sufrimiento, lo prologado de nuestro sufrimiento, Dios tiene un plan. Ya sea que hayas tomado una mala decisión o cometido un acto de desobediencia, ya sea que el sufrimiento sea producto del maligno o sea el resultado de la maldad de este mundo, el Señor nos dice que no importa de donde venga, Dios está por encima de las circunstancias.  “Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos”. Romanos 8.28.  

A veces necesitamos que el dolor visite nuestra vidas porque de lo contrario nunca cambiaríamos una actitud, un estilo de vida, un camino equivocado. En pocas palabras, el ser humano es más accesible y está dispuesto al cambio cuando hay dolor, que cuando disfruta de la comodidad. “Los azotes que hieren son medicina para el malo, Y el castigo purifica el corazón”.   Proverbios 20.30.     


Recordemos que la palabra “Prueba”, es un término que tiene dos aspectos: primero, el proceso de refinación que hace puro a un metal (o persona); y segundo, los resultados de la prueba, es decir, la pureza cuando el proceso finaliza.  Por eso el versículo 3 nos dice: “porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe”. Y ahora Santiago nos da el propósito: “sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”. Este versículo refuerza la verdad de que la buena obra que Dios realiza en nosotros, no la hace de una manera express, la obra de Cristo en nosotros no es instantánea, no se trata de hacer un clic y listo. No se trata de que tú entres por estas puertas siendo impaciente y que al finalizar usted salga por esas mismas puertas con la paciencia a flor de piel. Ni mucho menos se trata de que elevemos una oración a Dios y le digamos: “Dios, dame paciencia, pero dámela ya”.

La paciencia se edifica cada día, se construye con cada evento de nuestra vida.   Y Dios tiene un tiempo, Dios se toma su tiempo, y Dios trabaja a Su tiempo. El problema es que nosotros queremos que las cosas se hagan rápido y Dios no; El problema con nosotros es que vamos a las carreras, pero Dios no tiene prisa.   ¿Recuerdan la promesa que Dios le da a Abraham y a su esposa?  Dios se le aparece a Abraham y le da una promesa maravillosa de formar en él una nación como ningún otra, numerosa como las estrellas de los cielos. Yo creo que cuando recibieron esa noticia Sara le dijo a su marido: Preparémonos porque  mañana estaré embarazada. Sin embargo, 25 años tuvieron que esperar hasta que llegara el hijo prometido. Eso nos dice que el calendario de Dios es diferente al nuestro.

Así mismo, muchos años vivió la nación de Israel en esclavitud esperando la liberación. El calendario de Dios es muy diferente. Moisés esperó 80 años para ser el líder que fue. El calendario de Dios es diferente. David tuvo que esperar cerca de 13, o 15 años para llegar al trono sobre Israel. El calendario de Dios es diferente al nuestro. Usted termina el Antiguo Testamento en su Biblia voltea tan solo una hoja y así estamos en el Nuevo Testamento. Pero queridos hermanos, pasaron 400 años de silencio entre Malaquías y Mateo. Cristo vino a esta tierra, caminó por esta tierra, triunfó en esta tierra y dijo que regresaría. Pero de eso ya pasaron más de 2000 años y Cristo todavía no ha regresado. Los tiempos de Dios son diferentes a los nuestros. 

   

Te digo algo: “Si tú quieres caminar con Cristo, si tú quieres seguir a Cristo, si tú quieres tomar esa cruz que nos llama el Señor a tomarla y seguirlo, y si tu quieres ser bendecido por Dios; ¡Tú tienes que tener paciencia! Y esa paciencia se va a desarrollar con el mejor método que Dios utiliza: LOS SUFRIMIENTOS. “Pero hay más, podemos sentirnos felices aun cuando tenemos sufrimientos porque los sufrimientos nos enseñan a ser pacientes.  Si tenemos paciencia, nuestro carácter se fortalece y con un carácter así, nuestra esperanza aumenta.  Esa esperanza no nos va a fallar porque Dios nos dio el Espíritu Santo, quien ha derramado el amor de Dios en nosotros”. Romanos 5:3-5

   Entonces, cómo necesitamos cultivar la paciencia, Dios no solamente prepara los sufrimientos para nosotros, no solamente los planifica, los orquesta, sino que también los permite. El mensaje es claro: “Prepárate porque no sabemos si dentro de la agenda de Dios, saliendo de este lugar usted va a sufrir”. La pregunta clave es: ¿Cómo vas a responder? ¿Cómo vas a enfrentar el dolor? Tal vez algunos de ustedes también se estén preguntando: ¿Por qué es necesario que tengamos paciencia? 


1. Cuando Usted Es Paciente, le está siendo fiel a Dios:

    La paciencia es la evidencia de tu fidelidad a Dios.  Por lo tanto, cuando en nuestro corazón nos asalta la impaciencia, la desesperación, la desesperanza, el mensaje que estamos dando es: Que no confiamos en Dios. Mis hermanos en esta carrera en la que nosotros estamos envueltos, es necesario que tengamos paciencia mientras esperamos las respuestas de Dios: Leer   Hebreos 12:1.  

   El problema surge cuando nosotros no queremos esperar el tiempo de Dios y nos adelantamos. Tomamos, como dicen: shortcuts, atajos; y en ese afán nosotros cometemos errores. Para evitarlos necesitamos la paciencia. 


2. Cuando usted es paciente, le produces gozo al corazón de Dios:

  Escucha lo que dice Pedro: “Es obvio que no hay mérito en ser paciente si a uno lo golpean por haber actuado mal, pero si sufren por hacer el bien y lo soportan con paciencia, Dios se agrada de ustedes”. 1 Pedro 2:20. (NTV). La idea es muy clara: cuando enfrentamos algún tipo de adversidad, y sí nosotros la enfrentamos con paciencia, esa respuesta evidencia que nosotros confiamos, creemos y descansamos en los propósitos, en el control, en la providencia, en la soberanía de nuestro Dios, y eso a Dios le agrada. ¿Por qué es importante que cultivemos la paciencia?


3. Cuando usted es paciente, tendrá paz en medio del sufrimiento:

Difícilmente nosotros vamos a poder darle sanidad a nuestras heridas, vencer en medio del dolor, triunfar en medio de la adversidad si nosotros somos impacientes. Escucha lo que nos dice Pablo: “No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús”. Filipenses 4.6-7.  


PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

  • ¿Por qué es importante que Dios aplique la disciplina en sus hijos?

  • ¿Por qué los cristianos son el objetivo principal de los ataques de Satanás?

  • ¿Por qué Dios esta interesado en que desarrollemos la paciencia?

  • ¿Qué consejo le darías a una persona para que sea paciente en medio del dolor?

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