Nunca hallaremos un rincón de la tierra donde podamos huir de las amenazas de la tentación. No imparta si usted es hombre o mujer, joven o adulto, soltero o casado, tenga usted mucho dinero o poco dinero; no importa si usted vive en una mansión o en una casa modesta; Si estas en la ciudad o en el último rincón de la tierra, no importa que usted es ama de casa, maestro, doctor, comerciante, ministro, estudiante, mecánico, o este usted desempleado; ¡Usted no encontrara un rincón de la tierra donde escapar de su influencia!
Tan antigua como la creación misma, pero tan actual como usted ni se lo imagina, la tentación ha hecho caer a los más fuertes, ha hecho derrumbar los reinos más grandes, los imperios más poderosos, y ha hecho derrocar gobiernos enteros. No por nada el apóstol Pablo nos dice:
“Por eso, que nadie se sienta seguro de que no va a pecar, pues puede ser el primero en hacerlo”. 1 Corintios 10.12 (TLA).
Las tentaciones abarcan un amplio campo de acción. Por ejemplo, la tentación tiene que ver con lo material: Con adquirir cosas tan grandes como una mansión, o tan pequeñas como una joya preciosa. Tan extravagantes como tener estacionado un auto de un millón de dólares frente a tu casa, o tan inofensivo como saturar tu armario de ropa y accesorios que compras por semana, o tan peligroso como el ser tentado a ganar dinero ilícitamente. También hay una tentación en el área de lo personal: Como la fama, el poder, la popularidad, la vanagloria. Así mismo encontramos otra clase de tentación que se enfoca en lo sexual, en satisfacer los deseos sensuales. En una sociedad que promueve y donde abunda la hipersexualidad son muchos los que han sido heridos por este enemigo.
Así que no importa tu estatus: Soltero o casado, viudo o separado, feo o guapo, con pelo o sin pelo, flaco o panzón, todos la enfrentamos. Hay otra tentación que ya no está en la esfera de lo terrenal, sino en el campo de lo espiritual. Hablo de aquella tentación donde Satanás viene disfrazado de ángel de luz. Reflexiona es esto: Porque si Satanás tuvo la osadía de llegar hasta donde se encontraba el Señor Jesucristo teniendo un encuentro en ayuno y oración con el Padre, y sí tuvo el atrevimiento de usar la misma Palabra de Dios como medio para tentar al Señor Jesús, podemos deducir que Satanás tiene como objetivo el acercarse a nosotros y utilizar las mismas estrategias que utilizó para atacar a Jesús.
Pero hay otra característica que hace que este tema de la tentación sea muy, pero muy importante y es: Que la tentación abarca muchos aspectos en la vida del hombre. La tentación afecta sí mi corazón, sí mente, sí mis emociones, pero para afectarlos ella primero tuvo que seducir mis sentidos.
“Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo”. 2 Corintios 11.3
Es por esa razón que la tentación tiene muchas puertas de entrada: El gusto, el olfato, el tacto, la visión y la audición. La tentación va tratar de entrar por cualquiera de estos cinco sentidos. Nuestros sentidos nos hacen cometer pecados terribles más que ninguna otra cosa. Hay personas que por causas medicas tienen que llevar una dieta rigurosa, pero tan pronto huelen las carnitas, un pozole, un asadito, costillas con chilito, eso les hace perder la cabeza. Ahora, si usted cree que esto es cosa de niños, preguntémosle a Adán y Eva. Porque ambos escucharon la oferta tentadora del diablo, ambos vieron el fruto, ambos codiciaron el fruto y ambos saborearon el fruto que Dios les había prohibido comer:
“La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió”. Genesis 3.6 (NTV).
Y ahora Santiago en el versículo 12 quiere animarnos, desea que tu y yo recordemos las grandes bendición de poder resistir en medio de la tentación. Y nos recuerda que hay una gran recompensa para todos los que soportamos con paciencia las tentaciones:
“Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman”. Santiago 1.12.
La pregunta clave entonces es: ¿Cómo mantenernos firmes ante lo irresistible de las tentaciones? Leer Génesis 39:1-9
Noten lo impresionante de la respuesta de José, porque José no lo pensó ni dos veces, no se detuvo para analizar la oferta, ni mucho menos se quedo a contemplar la escena ante sus ojos, ni siquiera lo medito, sino que sin vacilar le respondió con integridad a esa mujer: “¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” Génesis 39:9. ¿Cómo pudo José ser tan fuerte y resistir? Para José, Dios era su todo y su vida giraba en torno a esa relación íntima con Dios. Porque la oportunidad estaba dada, ceder ante la tentación y a la oferta de la mujer para muchos hubiese sido lo más natural del mundo. Hasta cierto punto, muchos encontrarían miles de argumentos para justificarlo, más sin embrago José dijo: “es un pecado horrible contra Dios. Y se marchó”. Tal vez creeríamos que después de esa respuesta tan firme por parte de José, la mujer dejaría de acosarlo, pero no fue así:
“aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió” Génesis 39:11-12.
Que enseñanza bíblica más poderosa vemos en este relato. Siempre que el Nuevo Testamento nos habla de la tentación sexual el mandato es: ¡CORRAN! ¡HUYAN! Como dice nuestro dicho: “Es mejor que digan: ”aquí corrió, que aquí quedo”.
¿Cómo podemos vencer este enemigo llamado tentación? ¿Como no formar parte de esa lista interminable de hombres y mujeres que han quedado atrapados bajo las garras de la tentación?
1. No permita que las circunstancias te hagan caer:
José era un triunfador, económicamente estaba muy bien, era exitoso, en cuanto a su trabajo era el mejor, en cuanto a su personalidad: carismático, joven, y atractivo. Todo esto pudo haber influenciado para que flaqueara y cediera ante la tentación. Sin embargo, su temor a Dios y su amor a Dios le ayudo a vencer. No permitas que las circunstancias te hagan caer. El tentador o tentadora tendrá las palabras correctas, las acciones más seductoras para engañarte y enredarte, solo el temor y un amor sincero a Dios nos ayudara a vencer la tentación.
2. Recuerda que las consecuencias al final, borraran los minutos de placer:
Para muchos la tentación puede ser algo divertido, y la ven como una gran oportunidad para quemar toda la adrenalina que llevan dentro, pero es importante recordar que hay un dolor al final, que hay consecuencias que asumir y muchas de esas consecuencias traerán dolor. Recuerda que la tentación puede comenzar con algo inofensivo, con algo que, en teoría puede ser fácil de manejar, fácil de controlar, fácil de dejar, pero que en la práctica los resultados siempre traerán mucho dolor.
La tentación comienza por algo muy pequeño, algo inofensivo, irresistible, pero cuando usted menos se lo imagina se encuentra sin salida, atrapado, prisionero, enredado e imposibilitado para librarse de las terribles consecuencias.
Lo lamentable de todo este tema es que, aunque muchos conocen sus terribles consecuencias, muchos consideran que la tentación es una ruta fácil de transitar, pero lo que les espera al final del camino no es otra cosa que dolor, destrucción y sufrimiento. Leer Proverbios 5.3-5.
3. No se desanime con los resultados:
¿Recuerda lo que le sucedió a José por haberse mantenido firme? Por decidir no pecar contra Dios no tuvo un bien inmediato, fue enviado a la prisión, fue acusado injustamente. De ser el administrador de uno de los hombres más importante de Egipto, termino en la cárcel. Tal vez por denunciar el pecado en su trabajo a usted lo despidieron. Y usted se pregunta: ¿De que sirvió decir la verdad? No se desanime cuando aparentemente los resultados por actuar en integridad no sean los mejores. Dios tendrá mejores resultados en el futuro.
“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de la vida, que Dios ha prometido a los que le aman” Santiago 1.12
Si usted decide no ceder a la tentación tal vez vaya a perder la oportunidad de un buen negocio. Si usted decide rechazar el pecado puede perder aun amigo. Tal vez tenga que quedase solo, pero es mejor quedarse solo que estar en compañía de las personas que lo llevaran al infierno. Prefiera honrar a Cristo que a los demás.
“Bienaventurados los de limpio corazón pues ellos verán a Dios”. Mateo 5.8
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
¿Porque la tentación ha cobrado tantas víctimas?
¿Que relación hay entre mis sentidos y la tentación?
Sí la recompensa por vencer la tentación es tan grande ¿Porqué muchos terminan cayendo?
¿Cómo logramos vencer la tentación?
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